El Plan de Recuperación de la Unión Europea se configura como un reto muy atractivo para gestionar. Pensemos que se juntas dos circunstancias trascendentes sobre los que diseñar el futuro de la sociedad europea:
- La necesaria salida de una crisis profunda que ha causado mella en el tejido productivo, la crisis del COVID
- Y la latencia de la inminente revolución tecnológica que va a transformar los modos de trabajo, las profesiones, las actividades industriales y los modos de vida y de alimentación de los europeos y del mundo entero.
La Unión Europea ha definido unas “Iniciativas Bandera” que han de guiar la ejecución del Plan de Recuperación
- Apoyo a la electrificación
- Integración de energías renovables y el hidrógeno renovable
- Rehabilitación energética de edificios. Despliegue de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos
- Aumento de la cobertura 5G a las diferentes regiones
- Modernización y digitalización de las Administraciones Públicas
- Mejora de la eficiencia energética de los procesadores y el crecimiento del Big data y de los servicios avanzados en la nube
- Mejora de las cualificaciones profesionales, en particular de las competencias digitales y de la formación profesional
Y el Plan de Recuperación español ha definido diez “políticas palanca”:
- Agenda urbana y rural y lucha contra la despoblación.
- Infraestructuras y ecosistemas resilientes
- Transición energética justa e inclusiva
- Administración para el siglo XXI
- Modernización y digitalización del tejido industrial y de la pyme, recuperación del turismo e impulso a una España nación Emprendedora
- Pacto por la ciencia y la innovación; refuerzo de la capacidad del Sistema Nacional de salud
- Educación y conocimiento, formación continua y desarrollo de capacidades
- Nueva economía de los cuidados y políticas de empleo
- Impulso de la industria de la cultura y el deporte
- Modernización del sistema fiscal para un crecimiento sostenible e inclusivo
En apenas unos meses empezaremos a ver los instrumentos mediante los cuales se movilizarán los 70.000 millones de euros que corresponden a España, y que, mediante la fórmula de la “colaboración público privada”, aspiran a movilizar una mas importante cantidad de millones en inversión privada.
Es el momento de la creatividad, de la unión entre empresas y administraciones para plantear proyectos sólidos y generadores de riqueza, empleo y desarrollo.
En SENEX nos hemos planteado colaborar con grupos de empresas, desde la experiencia que reunimos, tanto en el mundo de la administración como de la empresa privada, en el diseño de proyectos que puedan tener una buena acogida por las administraciones públicas y que aporten esos valores que las “políticas palanca” y las “iniciativas bandera” han definido para orientar los proyectos a subvencionar y a financiar.
No estamos simplemente ante una oportunidad, sino ante un reto estratégico que, como define el propio nombre del proyecto europeo (Nextgeneration EU) afectará a las próximas generaciones.