Como si de la vuelta al cole se tratase la mayoría de las empresas tienen puesto en septiembre el foco del comienzo de la actividad, por mucho que hayan cerrado o no por
vacaciones.
Como sucede en el sistema educativo la incertidumbre es la característica común, incierto el comienzo e incierto el otoño, aunque afortunadamente son las empresas y sus dirigentes los que deciden, con previsión, estrategia y acción. Algo que no parece va a suceder en la escuela, en el que la falta de previsión y plan, va a ser su característica.
Las empresas saben que nada va a ser como el año anterior, ya les ha sucedido, desde marzo todas sus previsiones se han visto incumplidas, y se han ido adaptando poco a poco a las nuevas circunstancias. Los más audaces y flexibles, pudieron reaccionar antes y seguramente se han adaptado a la “nueva realidad”, muchos otros no lo consiguieron y se han quedado en el camino.
La realidad epidemiológica tiene cifras preocupantes incrementadas a lo largo del mes de agosto, las dudas se acrecientan y los empresarios viven con ansiedad los
acontecimientos.. La realidad normativa, las instrucciones y las ayudas, tanto económicas como sanitarias se quedaron ancladas en promesas de julio, ya que la vorágine vacacional y el merecido descanso llegaron a los veintitrés miembros del Gobierno, teniendo que confiar las campañas y los consejos a la población a “los influencers” como cualquier tendencia o moda, tan fugaz como el propio tweet que lo divulga.
La incertidumbre se apodera del empresariado, como también le sucede al colectivo educativo. El otoño y posterior invierno se prevén muy duros en lo epidemiológico y en lo económico, y no saben si mantener la puerta cerrada, puede ser su garantía de salvación. Se debaten entre seguir los ERTE a todos o a ninguno de los trabajadores o convertirlos en ERE, entre teletrabajar o no a todos o algunos de los trabajadores pensando en una legislación que se anunció, pero no ha llegado. Entre seguir luchando o claudicar al cierre al que llevan meses resistiéndose, luchando por su afán de seguir adelante, y no renunciar a aquel sueño que les llevó a emprender o a asumir el reto de sacar adelante la empresa familiar.
Evidentemente el trabajo va a seguir siendo su consigna, la previsión, el tener un camino trazado concienzudamente su hoja de ruta, la capacidad de adaptación y la ayuda de profesionales que conocen el mercado y pueden prever algunas reacciones , serán las bases de su éxito.